lunes, 25 de noviembre de 2013

Prólogo.

Hace diez años, el mapa de Japón era un poco diferente.

Hasta hace una década, la región sur de Kantou podía presumir de un terreno más amplio de tierra. Sin embargo, hoy en día, una gran abolladura con forma redonda lo había estropeado, donde una parte considerable se hundió en el mar formando un cráter.

Las “personas interesadas” se refieren a él  como “El Cráter Kagutsu”.

“Parece que fue lo que el poder del ex Rey Rojo hizo”

Eso fue algo que había averiguado por Kusanagi.

Al parecer Kagutsu había sido el nombre del anterior Rey Rojo. El nombre del Rey antes de Suoh – un rey que, diez años atrás, se había autodestruido creando el cráter.  

Y así, se dice que el cráter es la forma que toma la caída de un rey.

“Mmm”, pensó Suoh.

Sentía que no sería tan malo.

Si tuvieras que unirte a ti mismo con cadenas para poder vivir en este mundo pequeño y estrecho, entonces él honestamente encontró abandonarse a sí mismo como un impulso fuerte, un abrumador impulso quemando todo reduciéndolo a cenizas, conocer tu propio final era una idea más emocionante.


Y fue precisamente porque pensaba eso, que su estómago se revolvió.

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