lunes, 25 de noviembre de 2013

Capítulo 1: Segunda parte.

Que caso tan duro de roer.

Frente a Anna, la cual ni siquiera volteaba a ver el pollo en el curry de tomate, y mucho menos contestaba alguna palabra en respuesta a lo que sea que él dijera, Totsuka se encontró en una pérdida.

Las tablas de madera debían ser frías, pero aun así, la niña seguía sentada en el suelo mientras empujaba a las canicas rojas que estaban dispersas en el suelo, haciéndolas rodar un poco con el dedo. Para Totsuka, no se veía como si hubiese alguna regla particular para el misterioso movimiento de las bolas, así que no podía decir que tipo de juego podría estar haciendo.

Durante un tiempo, el solo miraba pacientemente. Pero, como su curiosidad pudo más que él al final, finalmente extendió una mano. Irritado, empujó una de las canicas sobre el suelo con su dedo. Muy parecido a  como se jugaría una partida de billar, la canica rodo contra otra chocando contra ella e impulsando a las demás que se encontraban dispersas alrededor.

A medida que sus canicas eran arrojadas en el caos completo, Anna se puso rígida por un momento. Después de eso, ella lentamente levantó la cabeza en dirección a Totsuka.

Desde que perturbó su juego por fin había ganado la oportunidad de verse a los ojos con la niña, Totsuka infantilmente le mostró una brillante sonrisa.

“¿Qué estás haciendo?” preguntó él.

Anna guardo silencio por un tiempo. Y, así como se mantenía callada, miraba a Totsuka. Su expresión general no cambió realmente, pero tal vez – solo tal vez – ella pudo haber sido evidente.

“…Estaba buscando.”

“¿Buscando?, ¿qué?”

Apartando sus ojos una vez más, Anna se quedó callada de nuevo.

Totsuka estudió su rostro en silencio.

Pese a que ella se miraba muy joven, sus ojos mostraban un trazo inusual de madurez. No pareciera como si la razón por la cual hablaba muy poco era porque tenía algún tipo de timidez o una personalidad temerosa.

Eran ojos que parecían haber visto demasiado, o que tal vez habían renunciado ante algo.

Una corazonada le dijo a Totsuka que podría estar en lo cierto.

“… ¿Así que puedes ‘ver’ cosas que otra gente no puede?” Preguntó él gentilmente.

Anna lentamente alzó la mirada.

Esos ojos sin luz encontraron un punto focal en la cara de Totsuka. Pero, a pesar de que estaba siendo mirando intensamente, de alguna manera Totsuka no lo sentía de esa manera. Esos ojos parecían estar dirigidos a otro lugar.

“¿Cómo me ves, entonces?” Dijo irritado.

Después de verlo en silencio durante un tiempo, Anna lentamente tomo una de las canicas con los dedos y la acerco a su ojo izquierdo.

Sus miradas se encontraron a través de la esfera roja.

Y en ese instante una sensación extraña asaltó a Totsuka.

Se sentía como si, a través de la canica, la mirada de la niña pudiera ver dentro de él.

Solo por un momento, él casi se estremeció.

Aún sin expresión en su rostro, con esa mirada casi mecánica, Anna siguió ‘viendo’ a Totsuka. La extraña impresión que desprendían los ojos de la niña, tenían una inquietud similar a la de experimentar algún miedo, pero Totsuka se mantuvo en su lugar, mirando fijamente hacia ella.

De repente, el cuerpo de Anna se sacudió sorpresivamente. Ella abruptamente liberó la canica con la cual había estado mirando a través de Totsuka, dejándola caer de su mano como si su temperatura hubiese subido inesperadamente quemándola a ella.

La canica roja saltó hacia al suelo y rodo.

Como si fuera un sueño, Anna la siguió con la mirada. Por último, su expresión facial que nos mostraba emoción alguna, mostró un pequeño cambio.

“¿Qué…pasa?” Preguntó Totsuka tragando con fuerza en respuesta a la reacción angustiada de Anna.

A pesar de como su cara aún no reflejaba alguna emoción, Anna frunció ligeramente el ceño y se mordió el labio inferior como si estuviera conteniéndose en decir algo. Guardo silencio y comenzó a recoger las canicas dispersas en el suelo. Mientras lo hacía, seguía abriendo la boca como si quiera decir algo y mordiéndose el labio rápidamente, repitiendo de nuevo el mismo proceso.

Totsuka contuvo su respiración por un momento, esperando a lo que ella iba a decir, pero de repente la tensión se fue de sus hombros, relajándose.

“… ¿No te gustaría comer? Está realmente bueno.” Dijo mientras le tendía el plato con una sonrisa, haciendo que por sorpresa Anna levantara la cabeza. “Realmente no lo entiendo, pero… si no quieres decirlo, entonces no tienes que hacerlo.”

Anna bajó la mirada hacia el pequeño plato de curry que le había ofrecido Totsuka, negando lentamente con la cabeza.

“Puedes solo comerlo, sabes”, le dijo Totsuka mientras trataba de mirarla.

Pero Anna únicamente negó tercamente con la cabeza.

“Muy bien, entonces. …Ah, ¿y qué hay de estos?”

Dejando el plato de curry en una mesa cercana, Totsuka sacó un frasco de dulces de uno de los estantes del lugar. Lo agitó un poco y sacó algunos dulces con su mano. Los tres que sacó eran un transparente amarillo limón, un melón verde claro y un blanco menta.

Totsuka le tendió la mano a Anna ofreciéndole uno.

“¿De qué color quieres?”

Anna no respondió.

Permaneció en silencio mirando fijamente el dulce en la mano de Totsuka.

“Oh, lo siento mucho”, se escuchó de repente una voz desde atrás. “Anna no puede ver los colores”.

Totsuka volteó a ver por encima del hombro y su mirada fue recibida con el rostro cabizbajo de Honami, que en algún momento se había acercado a ellos, sonriendo irónicamente un poco.

“¿No puede ver los colores?”

Totsuka volvió a su posición anterior y ladeó la cabeza al ver como Honami se puso en cuclillas a su lado. Ella tomó el frasco de dulces y vaciando más de su contenido en la palma de la mano. De aquellos dulces que había sacado, tomó uno de fresa de color rosa que había rodado sobre su mano.

“Ella tiene una visión para ver los colores deficiente. El único color que puede distinguir es el rojo. Si se trata de ese tipo de matices… entonces ella debe ser capaz de distinguir vagamente a este dulce.”

Mirando fijamente el dulce de color rosa oscuro, casi rojo, Anna asintió en silencio.

Honami colocó el caramelo de fresa frente a Anna, y, después de mostrar un momento de duda, Anna finalmente abrió la boca obedientemente para aceptarlo.

“No sé si se deba a que no puede ver los colores”, dijo tristemente Honami, “pero ella no come ni bebe mucho… lo siento”.

Totsuka abrió los ojos ligeramente, sacudiendo su cabeza.

“Bueno, todo esto  podría estar relacionado con su enfermedad, también”.

“¿Enfermedad?”

“La niña estaba en el hospital”, intervino Yata, “ella tiene licencia temporal por hoy, o algo así”.

Totsuka miró a Honami.

“¿Dónde está el hospital?” Preguntó.

 “En el Distrito Siete. Usualmente solo vamos del hospital a casa y luego de vuelta, pero hoy terminé pidiendo a Yata-kun y Kamamoto-kun ayuda para explorar Shizume City.”

Conforme Honami hablaba, Yata rascaba la punta de su nariz en signo de vergüenza.

Sí, Kamamoto y yo le daremos un recorrido a la señorita”, dijo mientras señalaba a Kamamoto con su pulgar, el cual se encontraba detrás de él.

Yata a menudo arrastraba a Kamamoto con él al centro de la ciudad, por lo que probablemente ya conocía la zona como la palma de su mano.

“¿Vienes también, Totsuka-san?”, le preguntó.

Después de pensarlo un poco, Totsuka sonrió ligeramente negando con la cabeza.

“No, estoy bien. Ustedes asegúrense de mostrarle correctamente los alrededores a sensei y Anna-chan. No solo las lleven a salas de juegos.”

“…Ah. ¿Y que hay además de los juegos?”

“Hay una gran cantidad de populares tiendas de ropa para las niñas, y hay un café realmente famoso. Los parfaits(1) son realmente buenos, estoy seguro de que Anna-chan debería comer uno con Honami-sensei.”

“¿Eh?, ¿¡quieres que vaya a tiendas femeninas así!?”
Yata visiblemente mostró una mala cara debido a eso, Kamamoto hizo una mueca de resignación detrás de él.

“¿Yata-san? Te das cuenta que estamos acompañando a una niña ¿verdad?”

Riendo, Totsuka dividió los dulces que aún estaban en su mano y les dio mitad y mitad a Kamamoto y Yata, mientras él se ponía de pie.

Yata y Kamamoto tenían  una relación similar a la de un líder de una pandilla de niños de preescolar y su hombre de confianza. Yata apenas se había unido a Homra desde hacía un rato, pero su relación parecía haber revivido. Aunque, si bien seguía a Yata por todo lugar, Kamamoto era el tipo de persona que, donde lo necesitabas ahí estaba, por así decirlo, y en general era muy bueno en manejar a Yata y tenerlo bajo control. Si Kamamoto iba también, Honami y Anna estarían seguras de pasar adecuadamente un buen rato.

Con los brazos cruzados, Yata arrugó su rostro y parecía estar reconsiderando el recorrido que les iba a brindar a las dos chicas, mientras que Kamamoto amablemente tomo su equipaje a transportar. Mientras supervisaba todo esto, Totsuka sonrío felizmente para sí mismo. Mientras observaba la espalda de Honami la cual se ponía su abrigo dispuesta a salir, Totsuka comencó a comer el curry que al final, Anna ni siquiera había tocado.

Cuchara en su boca, espació pensando en Anna.

Y entonces, sintió de repente un débil tirón en su camisa.

Cuando miró hacia abajo, vio que Anna era lo que agarraba su ropa.

“¿Qué pasa?”

Anna miro a Totsuka con sus ojos, similares a los de un gato, y luego utilizó ágiles movimientos con ellos para indicar a Suoh, que seguía sentado en la barra.

“¿Hm?, ¿algo sobre ese hombre de ahí?” Dijo Totsuka bajando hasta estar al nivel de Anna, para luego mirarla.

Con dignidad y un aire austero similar a una sacerdotisa que había hecho una predicción, Anna abrió la boca.

“Si te quedas a su lado”, dijo mientras miraba a Suoh, “no vivirás por mucho tiempo”.

Los ojos de Totsuka se abrieron.

Él no entendió de inmediato lo que la niña le estaba diciendo.

Por un momento, él simplemente se quedó pasmado, solo viendo a Anna hasta que finalmente recordó lo que había hecho hace un rato, cuando ella lo ‘vio’.

“… ¿Tú viste eso?” le preguntó. Anna no contestó, asó que él continuo. “¿Puedes ver el futuro?”

Anna bajó la mirada un poco mientras pensaba, parecía atrapada entre asentir y negar con la cabeza.

“No es como si hubiera visto con claridad algo. Yo solo… lo sentí”.

Como si estuviera esperando un regaño, Anna cerró los ojos quedándose en silencio.

Totsuka no respondió nada  por un momento, pero cuando finalmente superó la oleada de sorpresa, la primera emoción que mostró su rostro no era de duda, ni malestar, sino, una sonrisa forzada de “bueno, eso es un poco problemático.”

“Ya veo.”

“¿Estás loco?”

“¿Eh?, ¿por qué?”

Para sorpresa de Anna, Totsuka respondió con aún más sorpresa.

Anna volteó la cabeza hacía un lado, como un pájaro.

“Entonces, ¿no me crees?”

“¿Hm?, ah, no, no es eso. Pero, bueno, no es exactamente algo que estaba esperando o que ya eh asumido.”    
Sonriendo, Totsuka acarició el rostro de Anna.

“Gracias por tu advertencia… Pero no le digas a nadie lo que me acabas de decir, ¿de acuerdo?”
Colocando su en sus labios, él hablo como si estuviera bromeando, y Anna miró a Totsuka con ojos cristalizados.

“¿Anna? Ya nos vamos”

Ante el sonido de la calmada voz de Honami, Anna rápidamente le dio la espalda a Totsuka y corrió hacia el lado de la mujer. Totsuka les siguió con la mirada viendo como salían tomadas de la mano, guiadas por Yata y Kamamoto.

Ding, el reflejo de la luz de la campana que estaba en la entrada se miró mientras esta sonaba, y la puerta se cerró. La mirada de Totsuka se trasladó hacía donde estaban Suoh y Kusanagi. Suoh lentamente bebía alcohol, mientras que Kusanagi limpiaba el plato que Honami había usado. Cuando sus ojos se encontraron con los de Kusanagi, Totsuka le hizo señas con su mano.

“Rey, Kusanagi-san. ¿Puedo hablar con ustedes por un momento?”

Kusanagi intercambió una rápida mirada con Suoh, y seguido, salió detrás de la barra. Suoh se levantó de su asiento sin decir una palabra.

Mientras se dirigían a la escalera de la segunda planta, Totsuka bajó un poco la voz para que los demás miembros no pudieran oír.

“Creo que esa niña es una Strain.”

Strain.

A diferencia del miembro de un clan, a los cuales el poder se los dan sus reyes, este término describe a las personas que manifestaron sus poderes naturalmente, por su propia cuenta.

Para empezar, ¿qué era un rey en primer lugar? Totsuka no lo sabía a ciencia cierta tampoco. Lo que sabía era por la información que Kusanagi había reunido, junto con escasas e indiferentes explicaciones que Suoh se había molestado en ofrecer cuando se le preguntó; una “Slate”(2) celebró una gran influencia existida en este país, y fue esa “Slate” la que tomó siete Reyes y les otorgó su poder.

Suoh, fue elegido por esta “Slate”, como el Tercer Rey titular – siendo así el Rey Rojo.

Los reyes eligen compañeros conocidos como Clansmen (miembros del clan), y les otorgan su poder. Totsuka y Kusanagi son Clansmen Rojos, quienes obtuvieron su poder por medio de Suoh. A todo un grupo de personas que eran reunidas por un rey como sus Clansmen formaban parte a lo que se llamaría “Clan”.

Sin embargo, los Strain, no estaban afiliados a ningún clan, ni obtenían sus poderes por medio de un Rey. Simplemente brotaba naturalmente de ellos, y eran titulares con habilidad callejera.

¿Por qué nacieron como Strain? Esa cuestión todavía es un misterio.

Algunas teorías explican que fueron puros errores debido a pérdidas de energía de la “Slate”, pero también hubo conjeturas que los que fueron aclamados Strain eran ‘aquellos que no podían llegar a ser reyes’.

En cualquier caso, como ellos eran ajenos a todos los clanes y habían ganado sus habilidades por su cuenta, los Strain no sabían mucho acerca de los poderes que poseían y solo los utilizaban a su alrededor, así que había muchos casos en los cuales estos poderes eran utilizados para actos criminales. 

“Así que esta pequeña niña es una Strain, huh…” Dijo Kusanagi, haciendo una cara problemática ya que había colocado un cigarro entre sus labios.

“En primera, ¿ella se quedó mirando fijamente al Rey, cierto? Pensé en esto cuando Honami-sensei explicó que no podía distinguir los colores aparte del rojo, pero… tal vez esa niña es capaz de ver el ‘color’ del Rey.”
Suoh era el “Rey Rojo”. Como tal, era posible que aquellos que tuvieran sus propios poderes fueran capaces de percibir el aura roja a su alrededor.

“¿Esa es la razón por la que piensas que ella es una Strain?”

“No…” Totsuka vaciló un poco cuando abrió la boca. “¿Viste esas canicas rojas que tenía, no? Creo que, en vez de jugar con ellas, puede ‘ver’ o ‘sentir’ algo, más bien.”

Como dio una larga calada a su cigarro, Kusanagi parecía distante, como si estuviera pensando en algo.

“¿Qué, ella te dijo algo así?”

“…Bueno, eso es parte de un asunto privado, así que…” Totsuka trató de cubrirlo con un tono alegre y una divertida curva en sus labios.

Kusanagi frunció el ceño.

Totsuka lo miró de nuevo cuando reajusto su expresión. 

“Honami-sensei dijo que el hospital estaba en el Distrito Siete.”

“¿Territorio dorado, eh?, Así que lo que estás diciendo es que tal vez no es un hospital, sino una instalación de información que estudia a los Strain.” Dejando caer las cenizas en un cenicero portátil, Kusanagi dio un pequeño suspiro. “Y si fuera así, entonces Honami-sensei no sabría nada.”

Kusanagi dirigió su mirada hacia Suoh. Apoyado contra la pared, Suoh guardó silencio.

“Si es solo una Strain, entonces no tenemos nada que ver con eso, pero…” Dijo Kusanagi como si fuera a propósito. “Aquí estamos hablando sobre esta niña que parece la hija de Honami-sensei.”

Suoh ligeramente chasqueó la lengua.

“…Por el momento, mantengan un ojo en esa mocosa.”

“Entendido,” Contestó Kusanagi con voz baja en respuesta a la orden de Suoh. “Es complicado el que ella pueda ser o no una Strain, así que por ahora vamos a hacer que se vea como si fuéramos los guardias de Honami-sensei y Anna-chan.”

“Entonces, me gustaría saber acerca de la instalación donde la niña está hospitalizada, también. Kusanagi-san, ¿has oído hablar acerca de una institución para Strain?”

“¿No es solo un rumor? Al mismo tiempo que les enseñan a manejar sus poderes y los educan para que no se conviertan en criminales, también estudian la razón por la cual se convirtieron en Strain, o algo así está dicho.” A medida que estudiaba la cara de Totsuka, Kusanagi frunció el ceño, haciendo su frente ligeramente más grande.  “…Entiendo lo que te preocupa. Trataré de indagar sobre ello.”

“Gracias. Trataré de explorar afuera tanto como pueda, también.”

Totsuka estaba preocupado debido a esa resignada,  inusualmente madura mirada en los ojos de Anna. Ella era una Strain. Alguien que albergaba poderes que las personas ordinarias no podían poseer. Si esa suposición era correcta, entonces ese debería ser el porqué. 

Pero, ¿qué y si eso no fuera el motivo completo detrás de ello?


“…No pueden llegar a ser reyes, ¿huh?” Murmuró suavemente Suoh de repente, y su expresión parecía sombría. 

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(1): Parfait,  Postre que en la gastronomía norteamericana se entiende como una combinación de frutas y helado que se suele servir en vasos alargados y generalmente dispuesta en capas claramente visibles.
(2): Slate, una piedra misteriosa que apareció para ser la fuente de poder de las Auras (el poder especial utilizado por los miembros de cada clan) y varias Espadas de Damocles utilizadas por los reyes. 

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