Que caso tan duro de roer.
Frente a Anna, la cual ni
siquiera volteaba a ver el pollo en el curry de tomate, y mucho menos
contestaba alguna palabra en respuesta a lo que sea que él dijera, Totsuka se
encontró en una pérdida.
Las tablas de madera debían
ser frías, pero aun así, la niña seguía sentada en el suelo mientras empujaba a
las canicas rojas que estaban dispersas en el suelo, haciéndolas rodar un poco
con el dedo. Para Totsuka, no se veía como si hubiese alguna regla particular
para el misterioso movimiento de las bolas, así que no podía decir que tipo de
juego podría estar haciendo.
Durante un tiempo, el solo
miraba pacientemente. Pero, como su curiosidad pudo más que él al final,
finalmente extendió una mano. Irritado, empujó una de las canicas sobre el
suelo con su dedo. Muy parecido a como
se jugaría una partida de billar, la canica rodo contra otra chocando contra
ella e impulsando a las demás que se encontraban dispersas alrededor.
A medida que sus canicas
eran arrojadas en el caos completo, Anna se puso rígida por un momento. Después
de eso, ella lentamente levantó la cabeza en dirección a Totsuka.
Desde que perturbó su juego
por fin había ganado la oportunidad de verse a los ojos con la niña, Totsuka
infantilmente le mostró una brillante sonrisa.
“¿Qué estás haciendo?”
preguntó él.
Anna guardo silencio por un
tiempo. Y, así como se mantenía callada, miraba a Totsuka. Su expresión general
no cambió realmente, pero tal vez – solo tal vez – ella pudo haber sido evidente.
“…Estaba buscando.”
“¿Buscando?, ¿qué?”
Apartando sus ojos una vez
más, Anna se quedó callada de nuevo.
Totsuka estudió su rostro en
silencio.
Pese a que ella se miraba
muy joven, sus ojos mostraban un trazo inusual de madurez. No pareciera como si
la razón por la cual hablaba muy poco era porque tenía algún tipo de timidez o
una personalidad temerosa.
Eran ojos que parecían haber
visto demasiado, o que tal vez habían renunciado ante algo.
Una corazonada le dijo a
Totsuka que podría estar en lo cierto.
“… ¿Así que puedes ‘ver’
cosas que otra gente no puede?” Preguntó él gentilmente.
Anna lentamente alzó la
mirada.
Esos ojos sin luz
encontraron un punto focal en la cara de Totsuka. Pero, a pesar de que estaba
siendo mirando intensamente, de alguna manera Totsuka no lo sentía de esa
manera. Esos ojos parecían estar dirigidos a otro lugar.
“¿Cómo me ves, entonces?”
Dijo irritado.
Después de verlo en silencio
durante un tiempo, Anna lentamente tomo una de las canicas con los dedos y la
acerco a su ojo izquierdo.
Sus miradas se encontraron a
través de la esfera roja.
Y en ese instante una
sensación extraña asaltó a Totsuka.
Se sentía como si, a través
de la canica, la mirada de la niña pudiera ver dentro de él.
Solo por un momento, él casi
se estremeció.
Aún sin expresión en su
rostro, con esa mirada casi mecánica, Anna siguió ‘viendo’ a Totsuka. La
extraña impresión que desprendían los ojos de la niña, tenían una inquietud
similar a la de experimentar algún miedo, pero Totsuka se mantuvo en su lugar,
mirando fijamente hacia ella.
De repente, el cuerpo de
Anna se sacudió sorpresivamente. Ella abruptamente liberó la canica con la cual
había estado mirando a través de Totsuka, dejándola caer de su mano como si su
temperatura hubiese subido inesperadamente quemándola a ella.
La canica roja saltó hacia
al suelo y rodo.
Como si fuera un sueño, Anna
la siguió con la mirada. Por último, su expresión facial que nos mostraba
emoción alguna, mostró un pequeño cambio.
“¿Qué…pasa?” Preguntó
Totsuka tragando con fuerza en respuesta a la reacción angustiada de Anna.
A pesar de como su cara aún
no reflejaba alguna emoción, Anna frunció ligeramente el ceño y se mordió el
labio inferior como si estuviera conteniéndose en decir algo. Guardo silencio y
comenzó a recoger las canicas dispersas en el suelo. Mientras lo hacía, seguía
abriendo la boca como si quiera decir algo y mordiéndose el labio rápidamente,
repitiendo de nuevo el mismo proceso.
Totsuka contuvo su
respiración por un momento, esperando a lo que ella iba a decir, pero de
repente la tensión se fue de sus hombros, relajándose.
“… ¿No te gustaría comer?
Está realmente bueno.” Dijo mientras le tendía el plato con una sonrisa,
haciendo que por sorpresa Anna levantara la cabeza. “Realmente no lo entiendo,
pero… si no quieres decirlo, entonces no tienes que hacerlo.”
Anna bajó la mirada hacia el
pequeño plato de curry que le había ofrecido Totsuka, negando lentamente con la
cabeza.
“Puedes solo comerlo, sabes”,
le dijo Totsuka mientras trataba de mirarla.
Pero Anna únicamente negó
tercamente con la cabeza.
“Muy bien, entonces. …Ah, ¿y
qué hay de estos?”
Dejando el plato de curry en
una mesa cercana, Totsuka sacó un frasco de dulces de uno de los estantes del
lugar. Lo agitó un poco y sacó algunos dulces con su mano. Los tres que sacó
eran un transparente amarillo limón, un melón verde claro y un blanco menta.
Totsuka le tendió la mano a
Anna ofreciéndole uno.
“¿De qué color quieres?”
Anna no respondió.
Permaneció en silencio
mirando fijamente el dulce en la mano de Totsuka.
“Oh, lo siento mucho”, se
escuchó de repente una voz desde atrás. “Anna no puede ver los colores”.
Totsuka volteó a ver por
encima del hombro y su mirada fue recibida con el rostro cabizbajo de Honami,
que en algún momento se había acercado a ellos, sonriendo irónicamente un poco.
“¿No puede ver los colores?”
Totsuka volvió a su posición
anterior y ladeó la cabeza al ver como Honami se puso en cuclillas a su lado.
Ella tomó el frasco de dulces y vaciando más de su contenido en la palma de la
mano. De aquellos dulces que había sacado, tomó uno de fresa de color rosa que
había rodado sobre su mano.
“Ella tiene una visión para
ver los colores deficiente. El único color que puede distinguir es el rojo. Si
se trata de ese tipo de matices… entonces ella debe ser capaz de distinguir
vagamente a este dulce.”
Mirando fijamente el dulce
de color rosa oscuro, casi rojo, Anna asintió en silencio.
Honami colocó el caramelo de
fresa frente a Anna, y, después de mostrar un momento de duda, Anna finalmente
abrió la boca obedientemente para aceptarlo.
“No sé si se deba a que no
puede ver los colores”, dijo tristemente Honami, “pero ella no come ni bebe
mucho… lo siento”.
Totsuka abrió los ojos
ligeramente, sacudiendo su cabeza.
“Bueno, todo esto podría estar relacionado con su enfermedad,
también”.
“¿Enfermedad?”
“La niña estaba en el
hospital”, intervino Yata, “ella tiene licencia temporal por hoy, o algo así”.
Totsuka miró a Honami.
“¿Dónde está el hospital?”
Preguntó.
“En el Distrito Siete. Usualmente solo vamos
del hospital a casa y luego de vuelta, pero hoy terminé pidiendo a Yata-kun y
Kamamoto-kun ayuda para explorar Shizume City.”
Conforme Honami hablaba,
Yata rascaba la punta de su nariz en signo de vergüenza.
Sí, Kamamoto y yo le daremos
un recorrido a la señorita”, dijo mientras señalaba a Kamamoto con su pulgar,
el cual se encontraba detrás de él.
Yata a menudo arrastraba a
Kamamoto con él al centro de la ciudad, por lo que probablemente ya conocía la
zona como la palma de su mano.
“¿Vienes también,
Totsuka-san?”, le preguntó.
Después de pensarlo un poco,
Totsuka sonrió ligeramente negando con la cabeza.
“No, estoy bien. Ustedes
asegúrense de mostrarle correctamente los alrededores a sensei y Anna-chan. No
solo las lleven a salas de juegos.”
“…Ah. ¿Y que hay además de
los juegos?”
“Hay una gran cantidad de
populares tiendas de ropa para las niñas, y hay un café realmente famoso. Los
parfaits(1) son realmente buenos,
estoy seguro de que Anna-chan debería comer uno con Honami-sensei.”
“¿Eh?, ¿¡quieres que vaya a
tiendas femeninas así!?”
Yata visiblemente mostró una
mala cara debido a eso, Kamamoto hizo una mueca de resignación detrás de él.
“¿Yata-san? Te das cuenta
que estamos acompañando a una niña ¿verdad?”
Riendo, Totsuka dividió los
dulces que aún estaban en su mano y les dio mitad y mitad a Kamamoto y Yata,
mientras él se ponía de pie.
Yata y Kamamoto tenían una relación similar a la de un líder de una
pandilla de niños de preescolar y su hombre de confianza. Yata apenas se había
unido a Homra desde hacía un rato, pero su relación parecía haber revivido.
Aunque, si bien seguía a Yata por todo lugar, Kamamoto era el tipo de persona
que, donde lo necesitabas ahí estaba, por así decirlo, y en general era muy
bueno en manejar a Yata y tenerlo bajo control. Si Kamamoto iba también, Honami
y Anna estarían seguras de pasar adecuadamente un buen rato.
Con los brazos cruzados,
Yata arrugó su rostro y parecía estar reconsiderando el recorrido que les iba a
brindar a las dos chicas, mientras que Kamamoto amablemente tomo su equipaje a
transportar. Mientras supervisaba todo esto, Totsuka sonrío felizmente para sí
mismo. Mientras observaba la espalda de Honami la cual se ponía su abrigo
dispuesta a salir, Totsuka comencó a comer el curry que al final, Anna ni
siquiera había tocado.
Cuchara en su boca, espació
pensando en Anna.
Y entonces, sintió de
repente un débil tirón en su camisa.
Cuando miró hacia abajo, vio
que Anna era lo que agarraba su ropa.
“¿Qué pasa?”
Anna miro a Totsuka con sus
ojos, similares a los de un gato, y luego utilizó ágiles movimientos con ellos
para indicar a Suoh, que seguía sentado en la barra.
“¿Hm?, ¿algo sobre ese
hombre de ahí?” Dijo Totsuka bajando hasta estar al nivel de Anna, para luego
mirarla.
Con dignidad y un aire
austero similar a una sacerdotisa que había hecho una predicción, Anna abrió la
boca.
“Si te quedas a su lado”,
dijo mientras miraba a Suoh, “no vivirás por mucho tiempo”.
Los ojos de Totsuka se
abrieron.
Él no entendió de inmediato
lo que la niña le estaba diciendo.
Por un momento, él
simplemente se quedó pasmado, solo viendo a Anna hasta que finalmente recordó
lo que había hecho hace un rato, cuando ella lo ‘vio’.
“… ¿Tú viste eso?” le
preguntó. Anna no contestó, asó que él continuo. “¿Puedes ver el futuro?”
Anna bajó la mirada un poco
mientras pensaba, parecía atrapada entre asentir y negar con la cabeza.
“No es como si hubiera visto
con claridad algo. Yo solo… lo sentí”.
Como si estuviera esperando
un regaño, Anna cerró los ojos quedándose en silencio.
Totsuka no respondió
nada por un momento, pero cuando
finalmente superó la oleada de sorpresa, la primera emoción que mostró su
rostro no era de duda, ni malestar, sino, una sonrisa forzada de “bueno, eso es
un poco problemático.”
“Ya veo.”
“¿Estás loco?”
“¿Eh?, ¿por qué?”
Para sorpresa de Anna,
Totsuka respondió con aún más sorpresa.
Anna volteó la cabeza hacía
un lado, como un pájaro.
“Entonces, ¿no me crees?”
“¿Hm?, ah, no, no es eso.
Pero, bueno, no es exactamente algo que estaba esperando o que ya eh asumido.”
Sonriendo, Totsuka acarició
el rostro de Anna.
“Gracias por tu advertencia…
Pero no le digas a nadie lo que me acabas de decir, ¿de acuerdo?”
Colocando su en sus labios,
él hablo como si estuviera bromeando, y Anna miró a Totsuka con ojos
cristalizados.
“¿Anna? Ya nos vamos”
Ante el sonido de la calmada
voz de Honami, Anna rápidamente le dio la espalda a Totsuka y corrió hacia el
lado de la mujer. Totsuka les siguió con la mirada viendo como salían tomadas
de la mano, guiadas por Yata y Kamamoto.
Ding, el reflejo de la
luz de la campana que estaba en la entrada se miró mientras esta sonaba, y la
puerta se cerró. La mirada de Totsuka se trasladó hacía donde estaban Suoh y
Kusanagi. Suoh lentamente bebía alcohol, mientras que Kusanagi limpiaba el
plato que Honami había usado. Cuando sus ojos se encontraron con los de Kusanagi, Totsuka le hizo señas con su mano.
“Rey, Kusanagi-san. ¿Puedo
hablar con ustedes por un momento?”
Kusanagi intercambió una
rápida mirada con Suoh, y seguido, salió detrás de la barra. Suoh se levantó de
su asiento sin decir una palabra.
Mientras se dirigían a la
escalera de la segunda planta, Totsuka bajó un poco la voz para que los demás
miembros no pudieran oír.
“Creo que esa niña es una
Strain.”
Strain.
A diferencia del miembro de
un clan, a los cuales el poder se los dan sus reyes, este término describe a
las personas que manifestaron sus poderes naturalmente, por su propia cuenta.
Para empezar, ¿qué era un
rey en primer lugar? Totsuka no lo sabía a ciencia cierta tampoco. Lo que sabía
era por la información que Kusanagi había reunido, junto con escasas e
indiferentes explicaciones que Suoh se había molestado en ofrecer cuando se le
preguntó; una “Slate”(2) celebró una
gran influencia existida en este país, y fue esa “Slate” la que tomó siete
Reyes y les otorgó su poder.
Suoh, fue elegido por esta
“Slate”, como el Tercer Rey titular – siendo así el Rey Rojo.
Los reyes eligen compañeros
conocidos como Clansmen (miembros del clan), y les otorgan su poder. Totsuka y
Kusanagi son Clansmen Rojos, quienes obtuvieron su poder por medio de Suoh. A
todo un grupo de personas que eran reunidas por un rey como sus Clansmen
formaban parte a lo que se llamaría “Clan”.
Sin embargo, los Strain, no
estaban afiliados a ningún clan, ni obtenían sus poderes por medio de un Rey. Simplemente brotaba naturalmente de ellos, y eran titulares con habilidad
callejera.
¿Por qué nacieron como
Strain? Esa cuestión todavía es un misterio.
Algunas teorías explican que
fueron puros errores debido a pérdidas de energía de la “Slate”, pero también
hubo conjeturas que los que fueron aclamados Strain eran ‘aquellos que no
podían llegar a ser reyes’.
En cualquier caso, como
ellos eran ajenos a todos los clanes y habían ganado sus habilidades por su
cuenta, los Strain no sabían mucho acerca de los poderes que poseían y solo los
utilizaban a su alrededor, así que había muchos casos en los cuales estos
poderes eran utilizados para actos criminales.
“Así que esta pequeña niña
es una Strain, huh…” Dijo Kusanagi, haciendo una cara problemática ya que había
colocado un cigarro entre sus labios.
“En primera, ¿ella se quedó
mirando fijamente al Rey, cierto? Pensé en esto cuando Honami-sensei explicó
que no podía distinguir los colores aparte del rojo, pero… tal vez esa niña es
capaz de ver el ‘color’ del Rey.”
Suoh era el “Rey Rojo”. Como
tal, era posible que aquellos que tuvieran sus propios poderes fueran capaces
de percibir el aura roja a su alrededor.
“¿Esa es la razón por la que
piensas que ella es una Strain?”
“No…” Totsuka vaciló un poco
cuando abrió la boca. “¿Viste esas canicas rojas que tenía, no? Creo que, en
vez de jugar con ellas, puede ‘ver’ o ‘sentir’ algo, más bien.”
Como dio una larga calada a
su cigarro, Kusanagi parecía distante, como si estuviera pensando en algo.
“¿Qué, ella te dijo algo
así?”
“…Bueno, eso es parte de un
asunto privado, así que…” Totsuka trató de cubrirlo con un tono alegre y una
divertida curva en sus labios.
Kusanagi frunció el ceño.
Totsuka lo miró de nuevo
cuando reajusto su expresión.
“Honami-sensei dijo que el
hospital estaba en el Distrito Siete.”
“¿Territorio dorado, eh?,
Así que lo que estás diciendo es que tal vez no es un hospital, sino una
instalación de información que estudia a los Strain.” Dejando caer las cenizas
en un cenicero portátil, Kusanagi dio un pequeño suspiro. “Y si fuera así,
entonces Honami-sensei no sabría nada.”
Kusanagi dirigió su mirada
hacia Suoh. Apoyado contra la pared, Suoh guardó silencio.
“Si es solo una Strain,
entonces no tenemos nada que ver con eso, pero…” Dijo Kusanagi como si fuera a
propósito. “Aquí estamos hablando sobre esta niña que parece la hija de
Honami-sensei.”
Suoh ligeramente chasqueó la
lengua.
“…Por el momento, mantengan
un ojo en esa mocosa.”
“Entendido,” Contestó
Kusanagi con voz baja en respuesta a la orden de Suoh. “Es complicado el que
ella pueda ser o no una Strain, así que por ahora vamos a hacer que se vea como
si fuéramos los guardias de Honami-sensei y Anna-chan.”
“Entonces, me gustaría saber
acerca de la instalación donde la niña está hospitalizada, también.
Kusanagi-san, ¿has oído hablar acerca de una institución para Strain?”
“¿No es solo un rumor? Al
mismo tiempo que les enseñan a manejar sus poderes y los educan para que no se
conviertan en criminales, también estudian la razón por la cual se convirtieron
en Strain, o algo así está dicho.” A medida que estudiaba la cara de Totsuka,
Kusanagi frunció el ceño, haciendo su frente ligeramente más grande. “…Entiendo
lo que te preocupa. Trataré de indagar sobre ello.”
“Gracias. Trataré de
explorar afuera tanto como pueda, también.”
Totsuka estaba preocupado
debido a esa resignada, inusualmente
madura mirada en los ojos de Anna. Ella era una Strain. Alguien que albergaba
poderes que las personas ordinarias no podían poseer. Si esa suposición era
correcta, entonces ese debería ser el porqué.
Pero, ¿qué y si eso no fuera el motivo
completo detrás de ello?
“…No pueden llegar a ser
reyes, ¿huh?” Murmuró suavemente Suoh de repente, y su expresión parecía
sombría.
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(1): Parfait,
Postre que en la gastronomía norteamericana se entiende como una
combinación de frutas y helado que se suele servir en vasos alargados y
generalmente dispuesta en capas claramente visibles.
(2): Slate, una
piedra misteriosa que apareció para ser la fuente de poder de las Auras (el
poder especial utilizado por los miembros de cada clan) y varias Espadas de
Damocles utilizadas por los reyes.
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